EFE/DEIA - Jueves, 31 de Marzo de 2011
LOS HABITANTES DE LAMPEDUSA ESTALLAN CONTRA LA LLEGADA DE INMIGRANTES
Lampedusa. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, llegó ayer a la isla italiana de Lampedusa, que enfrenta desde comienzos de año una grave crisis por la llegada de miles de inmigrantes procedentes del norte de África debido a las revueltas. Allí, Berlusconi anunció que evacuará a los cerca de 6.200 inmigrantes que se encuentran en estos momentos en la isla hacia otros puntos del país en un plazo de entre 48 y 60 horas. Después de ese tiempo, en Lampedusa -con un total de 5.000 habitantes- "habrá solo lampedusanos", afirmó el primer ministro en un discurso dirigido a los locales. Desde enero, han llegado a la isla más de 18.000 inmigrantes, lo que ha provocado una grave crisis debido a las condiciones de hacinamiento en las que se encuentran, lo que el lunes provocó la ira de los lugareños.
Las mujeres locales se encadenaron en el muelle para protestar contra el Gobierno y quejarse de la situación de insalubridad creada por el hacinamiento de los inmigrantes, mientras que algunos hombres cerraron el paso del puerto a la ciudad con contenedores y un grupo de pescadores bloqueó la entrada del puerto con barcos para evitar que llegasen pateras. Un día después, el martes, algunos habitantes ocuparon el Ayuntamiento, al tiempo que el alcalde anunciaba que 2.000 inmigrantes se habían quedado sin comer, ya que la sociedad que se ocupa de la acogida de los indocumentados distribuye 4.200 comidas y el número de inmigrantes es de 6.200.
Medidas Y llegó el día de la visita del jefe de Gobierno italiano para explicar las medidas adoptadas para hacer frente a esta situación de emergencia. Berlusconi subrayó que los inmigrantes serán distribuidos por centros preparados para la ocasión en toda Italia y no solo en Sicilia, aunque afirmó que se intentará repatriar a algunos. "El Gobierno de Túnez nos ha confirmado la posibilidad de devolver a cierto número de ciudadanos y de detener las salidas", señaló. Berlusconi explicó que se está negociando con el país magrebí, de donde proceden la mayoría de los inmigrantes, para permitir estas repatriaciones. El primer ministro añadió que en Túnez se ha logrado que "se controlen los puertos y las costas para que no se registren nuevas salidas".Fiel a su estilo, Berlusconi alternó el anuncio de medidas como una moratoria fiscal o la bajada de los precios del carburante para los pescadores de la zona, con promesas inesperadas como presentar a Lampedusa como candidata al Premio Nobel de la Paz. En esta línea, aseguró que ha encargado a la RAI , la televisión pública, y a Mediaset, su grupo televisivo, que hagan reportajes sobre la isla para atraer a los turistas a Lampedusa, "que siempre ha sido un paraíso y volverá a serlo". Y para demostrar su cercanía la isla, el primer ministro aseguró que él también se ha convertido en un "lampedusano" y anunció que ha comprado una casa allí.
Desde el viernes, 3.721 personas han llegado a Lampedusa y el domingo empezaron a arribar las primeras pateras de Libia. En las últimas 24 horas, 1.973 emigrantes han tocado tierra en Lampedusa, y pese a los traslados a otros lugares, el número sigue constante en torno a 5.000 los mismos que habitantes. Las previsiones manejadas por Roma al pactar con las regiones la distribución de los inmigrantes libios afirman que pueden llegar 50.000 más en las próximas semanas. El problema del Ejecutivo es que las revueltas han destruido de un plumazo su política de inmigración, basada en el hoy inaplicable delito de inmigración clandestina y en los acuerdos bilaterales con las dictaduras de Libia y Túnez. Roma prometió un crédito de 150 millones al Gobierno tunecino si frena las salidas, si no se llega a un acuerdo se producirán repatriaciones forzosas. También han sugerido pagar 1.500 euros a cada expatriado para que vuelvan a casa, pero lo han descartado. Falla también la vigilancia, el Gobierno ha abierto un campamento en Taranto del cual huyen a docenas los tunecinos. Lo mismo ocurre en la Aldea Solidaria de Mineo, en Silicia. Se abrió para acoger a libios, pero los tunecinos llegaron antes.
Otras fuentes: El País, 29-03-2011.
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